viernes, 6 de febrero de 2015

Museo de Arte Moderno

Uno de lo museos que me quedaban por visitar era el Museo de Arte Moderno de la Villa de París. Situado en el ala este del Palacio de Tokio, construido para la exposición internacional de 1937, el museo fue inaugurado en 1961. Sus colecciones, que cuentan con más de ocho mil obras, ilustran diferentes corrientes, movimientos y artistas destacados del siglo XX además de exposiciones monográficas y temáticas de las principales tendencias del arte de hoy. Aquí pude ver la exposición de Sonia Delaunay llamada Los Colores de la Abstracción que finalizará el 22 de febrero y la exposición temporal itinerante Flux del artista canadiense David Altmejd y que finalizó el 1 de febrero.

Ya hablé de la existencia de la muestra de Sonia Delaunay cuando comenté la dedicada a su marido Robert en el Centro Pompidou. Reconozco que no sabía demasiado de esta artista de origen ucraniano pero antes de entar en las salas de exposición pude leer algo sobre su biografía. Además de pintora y dibujante, Delaunay también era diseñadora de muebles, tejidos y ropa. En 1.914, al estallar la Primera Guerra Mundial, ella y su familia se refugiaron en Madrid donde abrieron una tienda de decoración llamada Casa Sonia situada en la calle Columela. En los años 20 continuó su trabajo como diseñadora de moda y abrió, esta vez en París, una tienda de tejidos pintados a mano inspirados en su propia obra pictórica y en las vanguardias del momento. También se encargó de la escenografía y vestuario de óperas y obras de teatro. En el plano pictórico, se vio influida por el cubismo, el fauvismo, el postimpresionismo y la abstracción, participando en nuevas tendencias, como tantos de sus contemporáneos, y en varios salones de arte, ferias y exposiciones temporales. En 1.964 realizó una importante donación de sus obras al museo que ahora acoge esta muestra. En agradecimiento, dichas piezas se expusieron en el Louvre de manera que Sonia Delaunay se convirtió en la primera mujer viva que veía sus obras expuestas en este museo. Desgraciadamente, no se podían hacer fotos dentro de esta monografía así que me tengo que conformar con mostraros el cuadro de la entrada y la reproducción de algunos tejidos. Esta muestra se trasladará después a la Tate Modern de Londres, por si os interesa a los que vivís en la isla.

Exposición de Sonia Delaunay

Una vez completada la visita a la muestra Los Colores de la Abstracción, que se sitúa en la planta baja, subí al entresuelo donde hay un espacio muy particular. Se trata de la sala Dufy, en la que se encuentra el enorme mural El Hada de la Electricidad y que Raoul Dufy pintó para la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de 1.937. En él, se narra la historia de la electricidad desde la antigua Grecia hasta ese momento.

Sala Dufy

A continuación, en el piso superior pude contemplar las obras de David Altmejd, la mayoría realizadas en materiales sintéticos como plexiglas, gel epoxy, poliuretano... y alguno natural como resinas, cáscaras de coco, madera, granos de café... Todas ellas componían la primera retrospectiva de este artista en suelo francés que también podrá verse próximamente en Luxemburgo y Montreal.




Imágenes de la exposición de David Altmejd

Para finalizar, en la planta sótano se halla expuesta la colección permanente. Obras de Picasso, Picabia, Valadon, Matisse, Giacometti, Léger, Modigliani, Braque... y tantos otros se exponen aquí. Como nota curiosa os diré que este museo sufrió un robo la noche del 19 al 20 de mayo de 2.010. Un hombre enmascarado entró en el museo rompiendo una ventana y se llevó cinco cuadros valorados en más de 100 millones de euros: La paloma con guisantes de Pablo Picasso, La Pastoral de Henri Matisse, El olivo cerca del estanque de Georges Braque, Naturaleza muerta con candelabros de Fernand Léger y La mujer del abanico de Amedeo Modigliani. Los sistemas de seguridad fallaron o fueron manipulados y el ladrón se llevó las pinturas dejando los marcos. Nadie se enteró hasta que el personal del museo comenzó su jornada laboral la mañana siguiente. Este robo generó un gran debate sobre la seguridad en los museos. Lástima que no generó la eficacia de la policía al perseguir al ladrón o ladrones. Desde entonces, los cuadros no han aparecido y no hay detenidos así que el caso tiene pinta de convertirse en un crimen sin resolver. En cualquier caso, merece la pena visitar este museo.



Imágenes de la colección permanente

Sala Matisse

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