viernes, 27 de enero de 2017

Fantin-Latour: a flor de piel

Está bien elegido el nombre de esta exposición que el Museo Luxemburgo dedica a Fantin-Latour hasta el próximo 12 de febrero ya que eso es lo que hay en esta exposición: muchas flores y mucha piel. Hay una enorme sección de cuadros de jarrones de flores y otra de cuadros y fotos de mujeres desnudas. Este pintor, cuya obra está a medio camino entre el romanticismo y el simbolismo, no me encanta pero debo reconocer que la exposición está muy bien planteada y realizada aunque, paradójicamente, al salir de la misma, el arte de Fantin-Latour me gustaba aún menos que al entrar. Esta situación de sentimientos encontrados me persiguió a lo largo del recorrido: buen trabajo del comisario de la exposición y su equipo malgastados para sacar adelante una empresa poco interesante.

Si bien Fantin-Latour comenzó su carrera retratando a sus hermanas y otras personas de su entorno y a sí mismo, pronto cambió el objeto de sus cuadros a los famosos jarrones con flores de los que en esta exposición hay un buen número. No me interesan las naturalezas muertas y, mucho menos, los cuadros de flores que suponen uno de los éxitos profesionales y comerciales del artista pero son agradables de ver: sus flores son muy precisas, el dibujo muy definido y los colores, realistas; todo ello, inspirado en las estampas japonesas, como tantos artistas de su época. Estas obras le llevaron a obtener un gran éxito en Inglaterra, ayudado también por su representante Edwin Edwards y su esposa. A su vez, en sus viajes a Inglaterra, se vio influido por los pintores de que aquel país.

Lys de Japón

Tampoco me entusiasman las obras más conocidas del artista: sus retratos de grupo formados por importantes personalidades de la época que, en realidad, no tenían relación entre ellas y, aveces, ni siquiera se conocían. Estos retratos, en su mayoría en la colección del Museo de Orsay, son fríos y artificiales. Homenaje a Delacroix, El Brindis, Taller de Batignolles, Un rincón de la mesa... están en esta exposición. En todos ellos vemos las figuras yuxtapuestas, sin comunicación entre ellas, estáticas como estatuas, gesto serio e impávido.

Su familia política tuvo especial importancia en su trayectoria artística. Empezó pintando a las hermanas Victoria y Charlotte Dubourg. Tiempo después la primera se convirtió en su mujer, la segunda en su cuñada. Todo lo que rodea a esta familia es extraño: hay varios retratos de Victoria en las que su marido la retrata envejecida, triste y casi siempre vestida en colores oscuros. Por el contrario, los retratos de Charlotte son luminosos y se nos presenta una mujer guapa, joven y desafiante. Especial importancia tiene el retrato familiar de los Dubourg en que los padres y Victoria aparecen pasivos mientras Charlotte se prepara para salir a la calle rompiendo, de esta manera, las convenciones sociales, la tradición pictórica y el equilibrio compositivo. Todo esto me lleva a pensar que el pintor estaba secretamente enamorado de su cuñada o que la deseaba. En cualquier caso, la personalidad que se nos muestra de Charlotte es mucho más atractiva que la de Victoria.

La familia Dubourg

Otro de los elementos importantes en su vida fue la música. Confeso admirador de Berlioz, Wagner, Schumann y otros grandes compositores, la música de estos le sirvió de inspiración para diversas obras, tanto lienzos como grabados, algunas de ellas alegóricas. De esta manera, se abre otra etapa donde abandona el realismo y se centra en obra simbólicas e históricas. 

El Aniversario (homenaje a Berlioz)

Aquí pasamos a la última sala de la exposición en la que el artista hace gala de toda su imaginación en la representación de alegorías, leyendas, pasajes de la  mitología clásica, escenas bíblicas, vidas de santos... Dejó de pintar flores, pero siguió manteniendo el mismo estilo frío y distante y al mismo tiempo cursi. Se aficionó a la fotografía y empezó a realizar estudios de desnudos femeninos y de ahí pasó a pintarlos. Es aquí donde vemos la piel de la que habla el título de la exposición. Tampoco esta sección me ha resultado especialmente interesante. La organización habla de hadas y de pinturas etéreas pero a mí me han parecido un conjunto de obras insulsas, en las que no me resulta interesante ni el tema ni el tratamiento
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La tentación de san Antonio

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