domingo, 2 de abril de 2017

Terremoto en el último tramo de la campaña electoral

Aunque me había prometido a mí misma que no hablaría más de las elecciones hasta conocer el resultado final, la actualidad manda y esta campaña está siendo muy movidita.

La sede del Partido Socialista, epicentro de un terremoto

Empecemos por el ala izquierda desde donde las aguas bajan muy revueltas. Después de unas primarias que mostraron una división interna nunca antes conocida, el Partido Socialista esperaba una reconciliación entre las dos facciones enfrentadas, la oficialista, encarnada en el exprimer ministro Manuel Valls, y la de los díscolos, representados por Benoît Hamon. Nada más conocerse los resultados de las primarias, los vallsistas se ofrecieron a sumarse al proyecto si se les tenía en cuenta y se les permitía aportar sus ideas. Sin haber conseguido todavía recomponer las relaciones dentro de su propio partido, Hamon se lanzó a establecer lazos con otros partidos más a la izquierda y así mantuvo reuniones con Pierre Laurent, secretario general del Partido Comunista, Jean-Luc Mélenchon, candidato de Francia Insumisa, y Yannick Jadot de Los Verdes. La intención primera era que los citados se unieran a su candidatura  pero no obtuvo ningún resultado positivo, bien al contrario, estos movimientos le valieron el recelo y las críticas de una gran parte de sus compañeros de partido. Pronto muchos importantes cargos y excargos socialistas decidieron mostrar su apoyo público a Emmanuel Macron: unos 40 diputados, alcaldes de importantes ciudades, presidentes de departamentos, senadores, el anterior alcalde de París y muchos otros se han alineado con el independiente. De nada han servido las llamadas al orden del secretario general del partido, Jean-Christophe Cambadélis, para intentar hacer piña en torno a Hamon, amenazas de expulsión incluidas.

Ya hace días que la prensa vio que Hamon estaba solo: ahora más.

Las fugas van a aumentar a partir de ahora teniendo en cuenta que el exprimer ministro, Manuel Valls, ha anunciado que va a votar a Macron. Por responsabilidad política, por voto útil, por falta de identificación con el proyecto... el motivo es lo de menos. Ahora los seguidores de Hamon acusan a Valls de deslealtad pero ¿no fueron ellos los que empezaron la guerra? ¿No fueron ellos los que desestabilizaron una y otra vez los gobiernos de Valls? ¿No tuvo el catalán más trabajo poniendo orden en su propio grupo parlamentario que defendiéndose de la oposición? La división respecto a qué candidato deben apoyar los socialistas ha llegado incluso a crear polémica en Alemania. En cualquier caso, el Partido Socialista parece estar en pleno proceso de autodestrucción como ocurre con otros partidos hermanos como el griego o el español.

El cartel no es lo único torcido en la campaña

Ya dije en esta entrada que Hamon no me gusta demasiado. No lo conocía apenas en el momento de celebrarse las primarias pero sus intervenciones y propuestas me parecieron superficiales y fútiles. Durante este tiempo, he ido conociendo a través de la prensa algo más sobre su visión política y su trayectoria y, la verdad, es que he encontrado lo que ya me temía. Hamon es ese tipo de político que lleva 25 años (desde 1991) ocupando puestos de responsabilidad pero se vende a sí mismo como un renovador y una cara nueva. A lo largo de su trayectoria política, que empezó siendo un adolescente, se ha caracterizado por ser siempre un rebelde sin causa, un elemento a la contra de los responsables de su partido y de sus cargos electos. Siendo el presidente de las Juventudes Socialistas, instigó varias protestas contra el gobierno y contra el Presidente de la República François Mitterrand quien ya se encontraba en el final de su presidencia y de su vida. Ocupó diversos cargos como diputado y consejero en diferentes gobiernos pero, si hay algo que lo ha caracterizado, es haber ido siempre a la contra: formar parte de los grupos rebeldes, de los contestatarios, de los que en lugar de sumar, restan. No se le conocen grandes propuestas ni grandes obras, sino grandes deserciones como la que encabezó cuando fue ministro de Manuel Valls durante sólo 147 días. No digo que no tenga que haber gente así pero no me parece la mejor opción para encabezar un proyecto en el que se debe planificar y reunir. No es una persona constructiva y capaz de generar ilusión a su alrededor y su elección como candidato se asemeja más a un pataleo por parte de los militantes contra Valls y su política que un verdadero deseo de renovar y aportar aire fresco. No hay más que ver que casi la mitad de su partido no lo acepta y que los posicionados más a la izquierda del PS, tampoco. Algunos medios ya lo llaman cadáver político. También es cierto que no es nada fácil lidiar con la OPA hostil que Macron ha lanzado contra el Partido Socialista. Los electores de las primarias de la derecha eligieron un candidato muy de derechas; los simpatizantes de izquierdas eligieron un candidato que se vendía como muy de izquierdas pero nadie ha pensado que las elecciones se ganan en el centro.

Proyecto de Hamon para que el corazón de Francia siga latiendo. De momento, al que le puede dar una taquicardia con tantas malas noticias es a él.

El que sí que está llenando ese centro y lo está haciendo cada vez más grande es Emmanuel Macron, lanzado en las encuestas y en su campaña. Inició su candidatura independiente como un farol pero las circunstancias adversas a todos los demás candidatos le están beneficiando y es evidente que, por el momento, es el que mejor está controlando los tiempos y su propia imagen, así como sus apoyos: eminentes socialistas, el Movimiento Demócrata de François Bayrou que es el alcalde de Pau, independientes... No obstante, sí que hay un problema práctico. Si Macron gana las presidenciales, lo hará sin tener representación parlamentaria ya que su agrupación política, ¡En Marcha!, se acaba de formar y tendrá que esperar a las próximas legislativas de junio para obtener diputados y senadores, quizá hasta ser la fuerza más votada y por tanto la que forme gobierno. Ya empiezan a oírse voces diciendo que el apoyo de Valls sería una forma de asegurarse algo de paz en el Parlamento hasta ese momento. Como sus rivales no consiguen sacar ningún trapo sucio de su carrera profesional o política, han tenido que echar mano de habladurías sobre una posible homosexualidad oculta. En fin, sus enemigos están recurriendo a lo más rastrero y mezquino: bulos sobre su vida privada.

Folleto del resumen de programa electoral de Macron

De la vida privada y familiar de Fillon también oímos hablar casi todos los días pero no por cotilleos sino por la investigación judicial que se lleva a cabo sobre los presuntos empleos ficticios de su esposa y dos de sus hijos a cargo del erario público. Prometió Fillon que renunciaría a la candidatura si era imputado pero no lo ha hecho. Nada más lejos: convocó un mítin multitudinario en Trocadero al que, se cree, asistieron más de 50.000 personas (200.000 para la organización). Lógicamente, el segmento más conservador de los electores no se caracteriza por su amor por el cambio ni por su rápida toma de decisión: por eso, se les llama conservadores. Así que, Fillon sigue teniendo una gran base electoral a pesar de los escándalos que está protagonizando. Su campaña está completamente perdida y fuera de foco debido a las noticias de corrupción en que está envuelto pero ahí sigue y yo no lo daría por muerto porque la base electoral de su partido es amplia y, probablemente, la más estable del arco político. Todos los intentos por apartarlo de la carrera al Elíseo por parte de su partido han quedado en nada. ¿Estamos ante el nuevo Rajoy?

No importa el número exacto: muchos miles de personas colapsaron Trocadero y el barrio XVI en apoyo a Fillon. Todo un pulso a quienes lo querían reemplazar.

Más a la derecha (sí, aún más) está la candidata de los desesperados, Marine Le Pen. El gran torbellino mediático en torno a Macron parece que está sobrepasando a la candidata del Frente Nacional que ya no es la primera en los sondeos electorales. De hecho, sus mítines no son tan multitudinarios como se esperaba. Yo siempre he pensado que la excesiva atención que la prensa ha dado a este partido le ha beneficiado y ha ayudado en su normalización: si vemos algo todos los días por la tele, lo acabamos aceptando; igual no es tan malo, podemos pensar. Me viene a la cabeza aquella frase de Camilo José Cela: "que hablen de mí, aunque sea bien". Creo firmemente que si la prensa no hubiera prestado tanta atención a este partido, no habría crecido tanto como lo ha hecho y ahora no sería tan fuerte. De hecho, al no ser ya el principal foco de atención, sus expectativas electorales van a la baja en casi todas las encuestas.

Como Marine Le Pen me cae muy mal y no quiero ensuciar mi blog con una imagen de su careto, os dejo esta foto de unos ponys de colores.

El que parece que remonta ligeramente es Jean-Luc Mélenchon. Debo decir que me encanta cómo habla, cómo se mueve e interactua con el público en sus mítines y estoy de acuerdo con algunas de sus propuestas, incluso, puedo decir que me cae bien y que se le ve buena persona. Pero, su idea final de refundación nacional y creación de la Sexta República, tomada o compartida por el movimiento Nuit Debout, está un poco pasada de rosca. Me explicaré: sí, es fantástico que haya gente que desee una verdadera regeneración democrática y tenga ideas tan constructivas y progresistas pero vivimos en un mundo muy cruel y que cada día va peor. Los que tienen las riendas del poder global son Trump (aupado a la Casa Blanca por, entre otros, el Ku Klux Klan) y Putin (cuyos rivales políticos o periodistas que le investigan aparecen muertos). Junto a esto, la extrema derecha británica ha conseguido lo impensable: romper la Unión Europea, el Brexit. Además diferentes partidos ultraderechistas han estado a punto de ganar las elecciones en Grecia, en Países Bajos y quizá en Francia; por no decir, que ya gobiernan en Ucrania, en Polonia y en Hungría. En este mundo lleno de monstruos, hay que dejar de lado la ingenuidad y los experimentos y volcarse en el lado práctico y también más feo de la gobernanza. Los enemigos a batir están ahí y ellos no pierden el tiempo con ambiciosos proyectos ni con teorías políticas de la Arcadia feliz.

Los Cinco en la Isla del Brexit: me muero de la risa.

A mucha distancia de todos ellos, hay un montón de candidatos de pequeños partidos o que son independientes que han conseguido los avales necesarios para presentarse a estas elecciones. Serán un total de once candidatos bastante repartidos por todo el arco político. Veremos cómo termina la campaña.


1 comentario:

  1. Jocelyne
    Te he seguido a tu blog desde un comentario que has hecho en estos días en la Web de Fitness revolucionario, web que yo sigo. El comentario tuyo, sobre alimentación y clases en Francia, es muy agudo, yo lo he comentado y he sentido curiosidad y saber quien había detrás de él, llegando a este blog. Siendo seguramente algo invasivo, sin embargo, y abusando de tu amabilidad, te dejare esta pequeña nota sobre tu posición económica-política (es el área que yo domino un poco, solo un poco)
    Dices sobre Jean Luc Melenchon ‘’En este mundo lleno de monstruos, hay que dejar de lado la ingenuidad y los experimentos y volcarse en el lado práctico y también más feo de la gobernanza. Los enemigos a batir están ahí y ellos no pierden el tiempo con ambiciosos proyectos ni con teorías políticas de la Arcadia feliz’’.
    Esta claro que tienes una raya en la arena política y por fuera de esa raya has colocado a Melenchon. Quizás te mueves entre E. Macron y los socialistas, quizás... Pues bien, de cara a terminar con esa epidemia de enfermedades asociadas a la mala alimentación que has observado en Paris y Francia y ¿en el resto de Europa? , la cual has comentado en Fitness Revolucionario, epidemia que sacude a clases medias y bajas parisinas y francesas, vas a tener que ir moviendo esa raya política más y mas a la izquierda. Lo harás seguro- no soy un pitoniso, en absoluto, sólo se algo de economía social y es así fácil predecirlo-, por causa de que el plano social, lo social (el país, las clases sociales, la distribución de la riqueza y rentas,etc..) mandan mucho y determinan en no poca medida lo que hacemos individualmente. No sólo tú te iras yendo hacia Melenchon (me quedo corto…. te irás más y más lejos que el) sino que TODOS (yo mismo incluido) lo haremos. No nos quedará otra solución, porque esa, so far as I know, es la solución para terminar con el incremento de las ‘enfermedades asociadas a la mala alimentación de la mayoría de la población’ entre otros, serios, múltiples y diversos efectos negativos de lo que sucede hoy en día en ese plano social.
    Un saludo,









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